Redes Sociales, ¿cómo destacarse e impactar al consumidor de hoy?
Las redes sociales son sin duda el medio de comunicación más usado alrededor del mundo. Los usuarios se conectan a estas plataformas no solo con el afán de mantenerse en contacto con amigos, colegas o familiares, sino también para acceder a información sobre todo tipo de temas.
Es por esta razón que la publicidad se ha visto en la necesidad de migrar y adaptarse a estos medios, con el fin de llegar a sus potenciales consumidores, de hablarles de su marca y de sus productos y/o servicios. Adicionalmente, estos medios sociales tienen otra dinámica que resulta interesante para los anunciantes: son vías de doble sentido en las que las marcas reciben de primera mano un feedback de cómo están siendo percibidos y de cuáles son los verdaderos intereses y necesidades del consumidor.
Todas estas condiciones han convertido a las redes sociales en el lugar más cotizado a la hora de promocionar. Algunos análisis calculan que en ciertos países más de 5 mil impactos llegan al consumidor diariamente, situación que puede sonar atractiva para las marcas, pero que también las lleva a planificar su presencia de una forma más estratégica para lograr destacarse y llegar al público que les interesa de manera clara y efectiva, alcanzando la venta.
Un mundo digital muy ruidoso
¿Cuáles son las prácticas que pudieran ayudar a llegar al público objetivo?
La primera consideración a tomar en cuenta es que con ese exceso de información, lo más probable es que el cerebro de cualquier persona sea incapaz de retener y digerir una buena cantidad de información.
Es más, existen estudios que han descubierto que los seres humanos hemos desarrollado formas de consumo de publicidad digital que reflejan comportamientos altamente selectivos. Un ejemplo de esto es la llamada “ceguera de banners” que nos lleva a ignorar automáticamente los elementos que se despliegan dentro de portales web que visitamos, por la simple razón de ser algo que intrepretamos como publicidad.
El hecho de que las redes sociales posean este nivel de alcance en las audiencias, lleva a las empresas y marcas a sentirse obligadas a tener presencia en ellas. Sin embargo, tal como se ha detallado anteriormente no basta solamente con “estar”, es necesario diseñar estrategias bien pensadas, en las que no solo se planifiquen contenidos, sino que se establezca un objetivo claro de lo que se quiere transmitir y cuál es el objetivo que se quiere lograr: ¿posicionamiento? ¿Reputación? ¿Recordación de marca? ¿Difusión de un producto o servicio nuevo? ¿Fidelización de clientes?.
Es un error muy común el lanzamiento de campañas sin ninguna estrategia definida, lo que convierte la gestión de marketing de las empresas en “un ruido más” para los consumidores y, evidentemente, en un gasto que no representa ningún retorno positivo.
Entonces, llega el momento de detenerse a pensar, cuál es la manera más efectiva de llegar al público que buscamos, pero además de transmitir efectivamente los mensajes que nos interesan y, sobre todo, de alcanzar un objetivo claro con nuestra presencia en redes sociales.
Por ello, algunos puntos que son primordiales y que deben ser considerados por los estrategas comerciales, publicitarios y de marketing de las organizaciones son:
- Poner al cliente siempre en primer lugar,
- agregar valor a lo que se ofrece,
- trabajar en publicidad de alta calidad con contenido educativo y/o entretenido,
- construir relaciones interactivas que permitan conocer mejor al cliente y sus necesidades.
Marketing sensorial o experiencial
Se trata de una tendencia, de una manera de hacer marketing, que llega de manera distinta a los consumidores. Partiendo de la afirmación que se citaba anteriormente de que una persona está expuesta a miles de impactos publicitarios cada día, los expertos creen que solo el 12% de lo que vemos podrían quedarse en nuestra memoria.
Para revertir esta realidad y lograr que los mensajes lleguen efectivamente, el marketing sensorial se encarga de construir mensajes que impacten, que “nos hagan voltear la mirada”, que apelen a las emociones, para realmente lograr ser recordados y generar un vínculo estrecho entre la marca y el cliente.
Lo que buscan estos mensajes es generar en los consumidores vivencias relacionadas con las marcas. El estímulo de los sentidos lleva a que estas “experiencias” se fijen en el público y logremos altos niveles de recordación.
Es así que a la hora de diseñar contenidos se deben considerar algunos datos que pueden resultar interesantes: aquello que vemos ocupa el 5 por ciento de nuestra retención; lo que oímos, un 2 por ciento; lo que olemos, alcanza el 35 por ciento; y lo que probamos, un 15 por ciento. Estos son elementos útiles que pueden tomarse en cuenta a la hora de diseñar una campaña, pero no son los esenciales. El pilar de cualquier acción de marketing o publicidad debe ser el objetivo que queremos alcanzar con nuestras acciones en redes, el mismo que se establece solo a partir de un verdadero análisis de las necesidades de comunicación que nuestra marca requiere.
Así mismo no podemos ignorar que el conocimiento de nuestro consumidor es muy importante. Las personas no son números, son individuos con hábitos, comportamientos, problemas y gustos que debemos considerar a la hora de establecer cómo llegar a ellos y provocar la reacción que esperamos.
“Miedo de perderse algo”
En este descubrimiento de un uso inteligente de las redes sociales para conseguir objetivos empresariales claros, existen diversas técnicas que pueden ayudarnos a construir mensajes con contenido para lograr un importante alcance.
Para ello se han desarrollado un buen número de herramientas útiles que construyen este contenido. Una de ellas es la técnica FOMO, acrónimo de “Fear of missing out” o Miedo de perderse algo, en español. Se conoció por primera vez en una publicación de Harvard Business School, en 2004, como una técnica para redactar publicaciones con mayor impacto.
A continuación algunos elementos a considerarse para diseñar mensajes utilizando esta técnica FOMO:
- Interacción
Los mensajes que se publiquen en las redes de la marca deberán animar a los seguidores a interactuar con las publicaciones. Esto logra una validación social a través de las opiniones de los usuarios, la misma que tiene más peso que cualquier otra, debido a que inspiran mayor confianza y cercanía.
No es lo mismo ver un producto impulsado solamente por su propio fabricante, que uno promocionado por otros ususarios.
- Urgencia y escasez
Hay que crear una sensación de urgencia y escasez enfocada en el temor de perderse algo y no poder experimentarlo nunca. Esto impulsa a los consumidores a pensar menos y actuar más, lo que puede generar interés e incluso un impulso a la compra.
- Priorizar el enfoque en la experiencia por sobre el producto
La experiencia se vuelve la protagonista. El reto es buscar la manera en la que podamos alinear esta vivencia al producto o marca que estamos impulsando. La clave será apelar a las emociones que los consumidores experimentan en su relación con lo que les podemos ofrecer.
- Exclusividad
Al consumidor le encantará sentir que no todo el mundo puede acceder a aquello que le estamos ofreciendo. Que un cliente se sienta especial no solo nos ayuda a captarlo sino a fidelizarlo por largo tiempo.
- Sentimiento de pertenencia
Una vez que nuestro consumidor se ha decidido por nuestra marca, producto y/o servicio, debemos continuar trabajando por hacerle sentir que forma parte de una comunidad exclusiva en la que nos preocupamos por sus necesidades e intereses. Por eso es importante conocer a profundidad al cliente y trabajar por ofrecer maneras creativas de satisfacer sus necesidades.
Todas estas consideraciones, llevan a plantear a las marcas nuevas técnicas, pero sobre todo, a tener presente que no basta con estar en las redes sociales para captar a nuestros consumidores. Es primordial fijar los objetivos de comunicación y construir mensajes ricos en contenido y emociones que nos permitan destacarnos entre el bullicio al que los clientes están expuestos todos los días y a toda hora con diversidad de campañas publicitarias de productos y/o servicios.